jueves, abril 05, 2007

Un cambio de aires


Con un destornillador marca Still me quité los cuatro tornillos que sujetaban la tapa de mis sesos y dejé que las ideas se airearan durante un buen rato. Además, introduje unos cuantos acertijos con los que entretenerme más tarde y, también, una calculadora que me ayudara en los quehaceres de cada día.
No obstante, al intentar cerrar la cabeza, perdí uno de los tornillos y al agacharme para buscarlo bajo el sofá, perdí dos más que hicieron que me fuera imposible cerrar la sesera.
Así, con la frente desencajada de su lugar y con una patilla inclinada hacia la mejilla, salí a la calle y me encaminé hacia una ferretería en donde comprar los dichosos tornillos. Para mi desgracia, y como si no tuviera ya bastante, llovía a cantaros y por el agujerito de la rosca de los tornillos se empezó a colar un poco de agua. Al principio unas gotitas, que me refrescaban, pero al rato, con la acumulación, mis ojos empezaron a llorar sin ganas y comprendí que tras los mismos había tanta agua como en la pecera que adornaba mi salón.
La fría humedad penetró por entre las sinuosas curvas del cerebro y fue empapando todas y cada una de mis ideas… Mis recuerdos se cubrieron de lluvia, las travesías por las arenas del Sahara no resultaron tan secas y calurosas como creía, y Mary, aquella chica tan calentita y acogedora que olía tan bien, y a la que me follé en un Fiat Panda, resultó sudar igual o más que Michael Jordan en una final de la NBA.
Mis miembros se des-coordinaron, todo lo veía borroso, y la boca se me hacía agua, literalmente, cayendo de mis labios a borbotones, impidiendo que respirara con la soltura habitual.
De la susodicha humedad pasé a empantanarme por completo y la confusión reinó con anarquía sobre lo que antes era yo….
…. O tú, o él, o nosotros, pues los palabros se mezclaron, la configuración y el orden de mi persona ya no tuvo sentido alguno y todo lo que hasta ese momento había sido un conjunto de imágenes, deseos, anhelos, ideas, emociones, esperanzas, recuerdos…se licuo bajo la tapa de mis sesos y cuando llegué a la ferretería no supe muy bien a porque había ido, por lo que me vine para casa con una tijera de podar, un sobre de semillas de buganvillas, un saco de tierra abonada, y cuatro macetas en donde plantar tan bonitas plantas trepadoras.
No se lo que me pasa últimamente. No se si es el estrés o la vejez, pero cada vez que salgo de casa vengo cargado con tonterías, con cosas que no me hacen puta falta, como si fuera un comprador compulsivo, y quizás va siendo hora de que haga un viaje o algo parecido que me aclare las ideas.

2 comentarios:

Dr. Krapp dijo...

Envié un mensaje antes pero no se si llegó. Decía que es la tercera vez en que tenía la posibilidad de leer este texto y que cada vez me parece mejor. Lo comparo con un diamante con un brillo diferente según como incida la luz en él. Una luz siempre deslumbrante y cálida.

Suso dijo...

Gracias Dr. Krápula.

Su comentario me anima a seguir escribiendo.
Un saludo